El nictibio que se hace pasar por una rama
El nictibio grande parece una rama de árbol rota y actúa como tal. Durante el día, se posa inmóvil en las ramas, con los ojos apenas abiertos, mezclándose perfectamente con el fondo. Solo de noche caza, abalanzándose sigilosamente sobre insectos y pequeños vertebrados.
Su quietud es tan convincente que incluso observadores entrenados han pasado de largo a su lado. Al convertirse en parte del paisaje, el nictibio evita a los depredadores y engaña a sus presas. Es camuflaje por compromiso, uno de los mayores ataques sigilosos en cámara lenta de la naturaleza.
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