¿De verdad pensó que eso cabría?
A veces el optimismo no es suficiente. Este tipo claramente creyó que podría meter una caja enorme —posiblemente un mueble o un electrodoméstico— en la parte trasera de un coche compacto. La caja es cómicamente desproporcionada, sobresaliendo mucho del maletero y casi tocando el suelo. Es el tipo de situación que te hace preguntar: ¿midió el coche o la caja antes de transportarla a la ciudad?
Lo que lo hace aún mejor es la expresión de determinación en su rostro, como si todavía no se hubiera rendido. Estacionado justo enfrente de un tráfico intenso y una calle concurrida, ha convertido involuntariamente la carga de un coche en una actuación pública. Es un divertido recordatorio de que los deseos no cambian la física; algunas cosas simplemente no están destinadas a encajar.