Ese nombre probablemente sonaba más lindo en su cabeza.
A primera vista, “Naughty Cat Café” podría sonar como un lugar peculiar y divertido para tomar un café y pasar el rato con algunos felinos traviesos. Pero parece que el nombre dio una vibra completamente diferente a los transeúntes, tanto que los dueños tuvieron que poner un cartel aclarando: “No es un club de striptease”. El hecho de que necesitaran este cartel ya dice mucho sobre lo rápido que los nombres pueden ser malinterpretados cuando la marca se desvía un poco del rumbo.
Es fácil imaginar cómo alguien no familiarizado con el concepto de café de gatos podría asumir que dentro está sucediendo algo más para adultos. Las letras grandes, el gráfico del gato enmascarado y la palabra “naughty” (travieso/a) contribuyen a esa confusión. Si bien la intención probablemente era inocente y divertida, este es un caso clásico de marca que salió mal sin querer, lo que demuestra que a veces, incluso las mejores intenciones pueden llevar a un resultado hilarantemente incómodo.