Error con el candado de la bicicleta

Imagina salir a buscar tu bici y descubrir que ha sido tomada como rehén por el descuido de alguien más con su candado. Eso es exactamente lo que pasó aquí. Un desconocido, sin darse cuenta, candó su bicicleta a la de otro ciclista, encadenando ambas en un acto involuntario de aprisionamiento urbano. ¿La respuesta del ciclista varado? Una nota de cartón grande y sarcástica, que expresaba humorísticamente su frustración y exigía una cerveza como compensación por el inconveniente.

Lo que eleva este momento de frustrante a hilarantemente memorable es la creatividad y el encanto pasivo-agresivo de la nota. En lugar de irse furioso o intentar romper el candado, el escritor decidió sacar lo mejor de una mala situación, yendo a tomar algo y dejando instrucciones claras para que el culpable solucionara su error. Es un anuncio de servicio público, una sesión de terapia y una amenaza sutil, todo en uno.

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