Esta imagen captura a un snowboarder que parece estar pisando la luna casualmente. Contra un impresionante cielo con un degradado púrpura, la ilusión óptica está perfectamente sincronizada: su pie se alinea a la perfección con la esfera brillante, dando la ilusión de que la gravedad se ha tomado un descanso justo el tiempo suficiente para este caprichoso paso. Es una divertida colisión entre los deportes extremos y la magia celestial, solo posible gracias a la agudeza visual y la sincronización perfecta de un fotógrafo.
Aunque el snowboarder está claramente apoyado en una cornisa, la foto le otorga un poder surrealista: el de pasear por el espacio con la misma facilidad que por la nieve. Es el tipo de obra maestra accidental que convierte un momento mundano en algo que se siente mítico. Por una fracción de segundo, se nos invita a creer en lo imposible, donde los snowboarders pisan lunas y el cielo se doblega a nuestra imaginación.
