Sin sillas disponibles
Encontrar una tumbona cerca de la piscina puede ser todo un reto, especialmente en los días soleados de navegación cuando todo el mundo tiene la misma idea. Muchos pasajeros se levantan temprano solo para reservar sillas con toallas, dejando a los que llegan tarde buscando desesperadamente un lugar para relajarse. Con tanta gente a bordo y espacio limitado, no es raro ver todos los asientos ocupados antes del mediodía.
Algunos huéspedes se vuelven creativos y traen colchonetas o mantas de sus camarotes para reclamar un sitio en la cubierta superior. Por extraño que parezca, en realidad podría ser más cómodo que esas tumbonas de plástico. No es exactamente lo que te imaginabas, pero aun así cumple su cometido: sol, brisa y un cóctel en mano.
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