Prisa al Desembarcar


Desembarcar del barco puede parecer sencillo, pero en realidad es una de las partes más caóticas del crucero. Tan pronto como el barco atraca, todos parecen activarse: agarran el equipaje, hacen fila en las salidas e intentan ganarle a la multitud. La energía es alta y mucha gente está impaciente por bajar a tierra rápidamente, especialmente si tienen vuelos o excursiones programadas temprano. Los pasillos se llenan rápido, los ascensores están abarrotados e incluso los pasajeros más relajados pueden verse atrapados en la prisa.

Si el embarque al barco se sintió como un emocionante comienzo de tu viaje, el desembarque es el dramático final. Las multitudes se forman temprano, los anuncios resuenan por todo el barco y los miembros de la tripulación intentan dirigir el tráfico de la manera más educada y eficiente posible. Es una verdadera prueba de paciencia y organización. Planificar con anticipación, empacar temprano y mantener la calma puede hacer que el proceso sea más fluido, pero no te sorprendas si se siente más como una mini-aventura que como una despedida tranquila.

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