Los recuerdos resurgen

Sueños vívidos comenzaron a atormentar a Julian cada noche. En estos sueños, sentía la presencia de los niños que nunca había conocido realmente, como si estuvieran justo a su lado. Sus caras, llenas de inocencia, parecían tan reales que casi podía estirar la mano y tocarlos.

Cada sueño hacía más difícil ignorar su existencia. Se despertaba empapado en sudor frío, con sus caras grabadas en su mente. “¿Por qué ahora?”, se preguntaba, sintiendo una extraña sensación de urgencia. Estos sueños solo profundizaban la confusión que bullía en sus pensamientos.

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