Abrazando a Su Hija Verdadera
Por primera vez, el padre sostuvo a su hija biológica en sus brazos, con el corazón hinchado por una mezcla de emociones. Las lágrimas le nublaron la vista mientras la mecía suavemente, susurrando: “Hola, cariño”, con la voz quebrada por el peso del momento.
Aunque se habían perdido semanas, sintió una oleada de alivio al saber que esta pequeña niña era verdaderamente suya. Su esposa lo abrazó, su pena y alegría compartidas mezclándose en un abrazo agridulce. En medio del dolor, la esperanza comenzó a florecer.
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