Una separación entre lágrimas
Entregar al bebé al que habían llegado a amar se sintió como arrancar una parte de su alma. Ambas familias estaban visiblemente desconsoladas, sus sollozos resonando en la habitación del hospital. “Nunca te olvidaremos”, susurró el padre al bebé que creía suyo.
Los otros padres, igualmente angustiados, sostenían a su propio hijo biológico con brazos temblorosos. Aunque el intercambio era necesario, se sentía insoportable. Ambas familias quedaron de luto, no por el hijo que ganaron, sino por el que perdieron.
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