Agradecido por los instintos de su hijo


Reflexionando sobre todo lo que habían soportado, el padre sintió una abrumadora gratitud por los instintos inquebrantables de su hijo. Fue la voz decidida del niño la que encendió las preguntas y, finalmente, los llevó a la verdad. Sin su silenciosa persistencia, quizás nunca habrían descubierto el cambio.

“Es mucho más intuitivo de lo que le di crédito”, pensó el padre con orgullo. Esa comprensión profundizó su conexión. A partir de ese momento, vio a su hijo no solo como un niño, sino como una parte crucial de la fortaleza de su familia.

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