Dejando el pasado atrás
Elara avanzó hacia el siguiente capítulo de su vida, ya no atada por el pasado. Victoriosa y empoderada, recibió cada nuevo día con un propósito claro y los brazos abiertos.
“El futuro es mío para moldearlo”, se dijo a sí misma, con la voz llena de certeza.
Había derrotado algo más que la traición: había conquistado la duda, el miedo y el dolor.
Elara había emergido de la oscuridad con fuerza y gracia, adentrándose en un futuro que definiría completamente por sí misma.
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