La compasión de una maestra


Su nombre era la Sra. Miller, y aunque no era la maestra de los niños, se enteró de lo que había sucedido. Mientras otros maestros optaron por no involucrarse, ella no pudo mirar hacia otro lado. Vio a dos niños pequeños ahogándose en una tormenta que ellos no habían provocado.

El corazón de la Sra. Miller no le permitió ignorar su dolor. Decidió actuar. Acercándose con empatía y fuerza, hizo algo que nadie más se había atrevido a hacer: intervino, decidida a ayudarlos a recuperar su dignidad.

Advertisements
Advertisements