Cuando el gato sospecha de intento de asesinato
Entender la mente de un gato es como leer pergaminos antiguos sin la piedra Rosetta: misterioso, confuso y a veces aterrador. Y las relaciones entre gatos son aún más enigmáticas.
Por ejemplo, esta escena. Uno está extendido e inmóvil, mientras que el otro está de pie encima de él como si fuera un villano felpudo de una película noir. ¿Es esto compañerismo, una muestra de poder o un intento de asesinato? Es difícil de decir. ¿Está el gato de abajo durmiendo plácidamente o ha fallecido en silencio? Es difícil distinguirlo.
Pero lo que define este momento es la expresión del gato de arriba. Completamente sospechosa, con una cara de “estoy haciendo algo turbio, pero no me importa”. La mirada lateral disimulada dice: “No has visto nada, humano”.
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