El golpe

Por fin, Carter llamó a la puerta. El sonido pareció reverberar en la quietud de la calle, señalando que ya no había vuelta atrás.

Su corazón se aceleró, cada latido recordándole la enormidad del momento. Estaba allí, de pie en el umbral, preparándose para lo que saldría por esa puerta. Con una respiración firme, se irguió, esperando que lo desconocido se revelara.

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