Preparándose para lo inesperado

Carter se quedó allí, con el corazón latiendo a toda velocidad en su pecho, cada latido un recordatorio de la tensión que se acumulaba en su interior. Los segundos se alargaban, cada uno sintiéndose como una eternidad mientras esperaba que algo sucediera.

Era como si el mundo se hubiera detenido, el silencio extendiéndose más de lo que debería. Casi podía oír el tic-tac de un reloj invisible, cada momento intensificando sus nervios. La espera era como esperar a que estallara una tormenta, aterradora pero emocionante a la vez. No estaba seguro de estar listo para lo que le deparara el futuro.

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