Una lucha común
La mente de Carter echaba humo mientras asimilaba toda la magnitud de la situación. “Ya no se trata solo de Avery”, dijo en voz baja, al darse cuenta por fin de la verdad. “Ahora saben que estoy metido en esto”.
El solemne asentimiento del presentador confirmó la dura realidad. “Estamos juntos en esto”, respondió, la gravedad de su difícil situación compartida evidente en sus ojos. Ahora estaban unidos por el mismo peligro, y el peso de su responsabilidad colectiva se cernía sobre ellos, uniéndolos en una alianza frágil, pero crucial.
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