Una chispa de posibilidad

En medio de sus horas más oscuras, pequeñas chispas de esperanza lograron abrirse paso entre la tensión que los envolvía. Susurraban sobre lo que vendría “después de que esto termine”, como si se atrevieran a imaginar una vida más allá del caos. “Quizás algún día, volveremos a vivir un día normal”, dijo Carter, con la voz teñida de incertidumbre mientras intentaba imaginar un futuro donde el miedo ya no ensombreciera cada uno de sus movimientos.

El presentador, con un tono suave pero esperanzador, asintió con una sonrisa cansada. “Un día sin tener que mirar constantemente por encima del hombro”, convino, con el peso de esas palabras flotando en el aire. Era una esperanza frágil, una que podría romperse fácilmente, pero era suya para aferrarse, por fugaz que fuera, y les daba algo a lo que agarrarse frente a la incertidumbre.

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