Una despedida del conflicto

Carter recogió sus pertenencias, el agotamiento de los últimos días instalándose por última vez. El peso de todo lo que había ocurrido pesaba sobre sus hombros, pero había una extraña sensación de cierre en el aire. Al llegar a la puerta, se giró para echar un vistazo al presentador, antes un extraño, ahora un aliado inesperado que lo había apoyado durante toda la prueba.

“Este ha sido un viaje infernal”, dijo Carter, con una pequeña sonrisa asomando a sus labios, la primera señal de alivio en lo que se sintió como una eternidad. Era hora de que regresara a su vida, pero el hombre que salió por esa puerta no era el mismo que había entrado. El viaje había dejado su huella, y Carter sabía que llevaría su peso consigo a partir de ese momento.

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