El barco no espera a nadie
Si pasas un día en el puerto, no pierdas la noción del tiempo. Los cruceros tienen horarios estrictos, y cuando es hora de zarpar, el barco se va, contigo o sin ti. No es raro que los rezagados terminen despidiéndose del barco desde el muelle.
Si lo pierdes, tú eres responsable de llegar al próximo puerto. Así que: pon una alarma, planifica bien y guarda ese paseo relajado para la playa, no para el camino de regreso a la pasarela.
Advertisements
Advertisements