Una Lucha por el Control

Al quedarse sola, Martha apenas podía creer lo fuerte que era la criatura. Empujaba el cristal con tanta fuerza que ella tuvo que apoyarse con todo su peso solo para mantenerla atrapada. No tenía idea de lo que realmente era, pero estaba segura de que no quería que anduviera suelta por su cocina.

Cada segundo parecía una hora. Su mente se desbocó con pensamientos de mordeduras venenosas o peor. La cosa claramente quería salir, y su fuerza la aterrorizaba. Sus dedos comenzaron a adormecerse, pero no se atrevía a aflojar el agarre. Rezó para que George regresara antes de perder el control por completo.

Advertisements
Advertisements