Una Dosis de Realidad
Los ruidos inexplicables habían hecho que Martha cuestionara su cordura. Desesperada por respuestas, incluso contrató a un médium de fantasmas que compartió historias extrañas sobre casas embrujadas y espíritus errantes. Empezó a preguntarse si algo más allá de la lógica estaba atormentando su casa.
Afortunadamente, su hermana ofreció una perspectiva diferente. “Probablemente sean termitas”, dijo sin rodeos, descartando todas las charlas sobre fantasmas. Ese comentario, aunque duro, devolvió a Martha a la realidad. Dejó de sentir miedo y empezó a sentir asco. Quizás esto no era paranormal después de todo, solo algo que se arrastraba, roía y era muy real.
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