Emily Explota de Rabia


La voz de Emily temblaba de furia mientras veía la invasión de su vida privada expuesta ante ella. “¿Cómo te atreves a revisar mis cosas?”, espetó. “¡No tenías derecho!” Mark mantuvo la calma, pero su corazón latía con fuerza. “Emily, tenía todo el derecho. Necesitaba saber qué habías estado ocultando.” Ella señaló los documentos, desestimándolos con un furioso ademán. “¡Esto es paranoia, no prueba!”

Pero Mark no se inmutó. “Entonces dime qué significa todo esto”, desafió, señalando la evidencia. Emily parecía acorralada, su ira mezclada con miedo. Se cruzó de brazos, tratando de serenarse. “No lo entiendes”, murmuró, con los ojos bien abiertos. “No es lo que piensas.” Mark la miró fijamente, inquebrantable. “Entonces explícamelo. Merezco saberlo.” Pero Emily permaneció en silencio, y ese silencio lo decía todo.

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