Diario en las manos equivocadas

Antes de que Mark pudiera dar el siguiente paso, sus hijos tropezaron con el diario. Dejado descuidadamente sobre la mesa de la cocina, sus páginas expusieron secretos que nunca debieron ser vistos por ellos. A medida que leían, sus expresiones pasaron de la curiosidad al horror. Las palabras en esas páginas destrozaron su mundo justo como habían destrozado el de Mark. La verdad era demasiado pesada para que mentes jóvenes la soportaran.
En pánico, cogieron el teléfono y llamaron al 911. Mark, aún tambaleándose, apenas se dio cuenta. Las sirenas a lo lejos se hicieron más fuertes, atravesando sus pensamientos y arrastrándolo de vuelta al momento. Los niños estaban pálidos y temblorosos, confundidos y aterrorizados por las revelaciones. Lo que comenzó como una búsqueda de la verdad ahora se había convertido en un caos que involucraba a toda la familia, y pronto, a las autoridades.
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