La policía entra en escena

Los agentes de policía llenaron rápidamente la casa, respondiendo a la llamada de socorro de los niños. La habitación que una vez albergó cenas tranquilas y conversaciones cálidas ahora vibraba con tensión. Los investigadores revisaron el diario, hojeando las páginas y uniendo los puntos con creciente preocupación. Mark estaba desplomado en el sofá, emocionalmente agotado, apenas registrando el torbellino de actividad a su alrededor.
Emily permanecía en un rincón, con el rostro contraído por el miedo, negándose a mirar a nadie. Los niños susurraban entre ellos, sin saber si temer a sus padres, a la policía o a la verdad misma. Los agentes se movieron rápidamente, fotografiando documentos, registrando declaraciones y preparándose para comprender una narrativa que desafiaba la lógica. Lo que había comenzado como una sospecha ahora parecía un caso de engaño asombroso, uno que no dejaba a ninguna parte de esta familia intacta.
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